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El Orientador Profesional y MindSonar: ¡Inseparables!

Como orientadora profesional, a menudo trabajo con personas que tienen miedo a perder su trabajo. Teniendo en cuenta la situación económica de Holanda, es un temor real. Pero, ¿cómo manejar este temeroso sentimiento de inseguridad?

Barbara, de casi 58 años, acudió a mí porque ya no sabía cómo actuar en su situación laboral. Su jefe le dijo que buscara otro puesto dentro o fuera de la organización. Trabajaba allí desde hacía más de 20 años.

Sus metaprogramas más significativos fueron «reactivo», «alejarse de», «referencia externa» y «incompatibilidad». También la cinestesia tuvo una puntuación alta.

En las sesiones, Barbra mostró el comportamiento que correspondía al perfil. Estaba constantemente estresada y mencionaba lo que podía ir mal. No tomó medidas en el trabajo, aparte de preguntar a todo un equipo de personas a su alrededor qué hacer. Me pidió consejo a mí como orientador profesional, a un psicólogo, al director de RRHH de su empresa y a alguien del comité de empresa.

Cayó totalmente en las trampas, coincidiendo con su perfil. Su alta puntuación cinestésica hizo que aquí sintiera todo lo que pasaba, no fue capaz de desarrollar una visión sobre su futuro, ni de decirse a sí misma las cosas adecuadas para manejar la situación. Seguía trabajando, aunque de vez en cuando llamaba para decir que estaba enferma, abrumada  por sus sentimientos.

Puedes imaginarte que se quedó profundamente conmocionada y no fue capaz de salir del estrés por sí sola.

Hice muchos ejercicios con ella para que se asociara en distintos metaprogramas y le hice muchas preguntas centradas en la solución. ¿Y si todo salía mejor de lo que ella esperaba? ¿Y si decidiera por sí misma lo que era bueno para su futuro? ¿Y si se dijera a sí misma «Tengo suficiente en mí que puede ayudarme a decidir»? También hice un ejercicio de línea temporal para descubrir cuándo se instalaron sus metaprogramas menos útiles. Esto fue muy útil para ella, así como el descubrimiento de que tenía mucha gente a su alrededor que la apoyaba. No era consciente de ello, pues utilizaba demasiado los metaprogramas «desajuste» y «alejamiento de».

Durante nuestras sesiones se sintió un poco más tranquila. Un poco más convencido de que tarde o temprano habría una solución. Su humor volvió poco a poco, y pudo mirarse a sí misma en lugar de sentirse abrumada por sus sentimientos.

Terminamos, y unas semanas después me hizo saber que había dejado el trabajo para poder descansar lo que necesitaba. Y que estaba tranquila con sus decisiones.

 

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